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Yesid Eduardo Correal Buitrago / ETERNIDADES

En portada de ETERNIDADES : Sagaz, Carlos Alberto Jacanamijoy Quinchoa.

EL DOBLE

Ese otro que juega sin someterse a la consciencia, que hace las veces de dramaturgo y actor multiforme, aquel que esconde personalidades como una muñeca rusa inagotable; es decir, el doble que nos habita como proyección psíquica o que se desdobla en una representación concreta. Este que entreteje la trama de las experiencias dotándolas de ficción y especula con la realidad a haciéndola elástica. Ése que ha sido centro y periferia de lo que somos y de lo que significamos.

Un ser o una parte de éste que contrasta con lo moral, capaz de seducir la percepción para engañarla, de engendrar ideas en apariencia ajenas, preconscientes, que muchas veces el yo no puede censurar, pues están dotadas de una estética sugestiva. Un algo que se desliza por la sinuosidad interna negándose a ser suplente mientras rivaliza o convence enmascarado al ser para ganar protagonismo. Se hace llamar alma, fantasma, sombra, quimera o impostor… según se le examine. Va exhibiendo una baraja de oportunidades como consciente de la metamorfosis del sujeto. A veces se presenta como un niño, en otras es un viejo… un salvaje o un intelectual… en ocasiones no tiene sexo o es el prototipo de la mujer amada con la que se discute. Puede mostrase idéntico o diferente, pero parece siempre reclamar otro destino.

Nos hace creer que somos inmortales, que existe otro existir, como si se tratase de un dragón que se muerde la cola o un bucle cósmico que en esencia nos mantiene eternos.

Desafío de todo lo objetivo. Es un pasado entremezclado que re-define el presente, se deshace en lo cotidiano mientras permea el futuro; es algo para quien no existe el tiempo pues está más allá de lo simultáneo. Ya habitó otras vidas y otros cuerpos. Es el que crea y destruye, se imprime en las palabras que escribimos, se oculta en los pensamientos que callamos o alcanza el olvido que perseguimos. Es el que hace la literatura o el arte, el que sueña, aquello que toma el liderazgo o quien se encuentra en la contemplación vanidosa del espejo subjetivo, o es el alter ego de la monstruosidad en las pesadillas.

Se trata de un paradigma de la mente. Una creación ficcional que establece una visión mejorada de lo que representamos. Que es también un secuaz del deseo y las pasiones, y nos lanza a la tentación. O es una antítesis que nos cuestiona. Juez en un estrado, fiscal que eleva las más terribles acusaciones, jurado que secunda la medida inquisitiva de las circunstancias o un defensor inexperto con un discurso débil e inútil. Se trata de un hechicero que danza como un hipócrita de bacanal en medio de una orgía de ilusiones.
Es el otro, que no es uno sino muchos, es una complejidad múltiple que no tiene límites ni formas establecidas. Es un yo, un ello, un súper ego… un doble.

EL AUTOENGAÑO Y LA PSIQUE NARCISISTA

“Sólo una vigorosa capacidad de autoexamen permite desoír todas las sirenas interiores que conciertan su canto tentador bajo las nubes más oscuras de la tormenta”     (M. Catalán)

La psicología humana tiende a la superación del conflicto interno por medio de estrategias cognitivas complejas que resultan determinantes en la aceptación de la realidad. El amor propio, por ejemplo, mantiene parte del equilibrio emocional y puede jugar un papel cardinal en la interpretación de las experiencias y en manejo de las reacciones que puede tener el individuo en determinadas circunstancias; es decir que la subjetividad establece parte del significado de lo que vivimos, matiza el entendimiento, con el fin de regular el efecto de lo exterior en nuestra mente. Así mismo, la representación intrínseca que hacemos de nosotros mismos puede considerar distintas lógicas para explicar la realidad, inclusive se podría llegar a cierta privación u oscurecimiento del razonamiento para mantener la ilusión de bienestar: como la negación que enfrenta la vulnerabilidad. Esta relación entre mente y mundo exterior nos acerca a la noción de engaño defensor que surge frente a situaciones inquietantes en las que se advierten riesgos o peligros importantes para la vitalidad o dignidad humana.

Como parte de un mecanismo de disposición y reconocimiento de lo real, existe en nosotros un filtro entre pensamiento y consciencia.

La psique humana es un sistema que responde a las necesidades de adaptación del individuo y que le permite desarrollar su inteligencia, parte de sus funciones se relacionan con construcción de mecanismos de defensa. Por lo que en su evolución ha de generar una imagen exaltada y positiva del yo que se idealiza para mantener fortalecida su condición interna y externa frente a las emociones negativas y las peripecias de la vida. Al mirarnos al espejo psicológico encontramos a un individuo con valores creados, autoconvencido de sus virtudes mientras mira al soslayo sus defectos, capaz de justificar sus acciones sin mayor reproche ni reparo. Resulta, entonces, difícil establecer un juicio demasiado elaborado sobre lo que somos sin caer en la autopersuación; no aceptamos de lleno toda la carga negativa de lo que realmente nos sucede sin tratar de librarnos de la verdadera voluntad de las cosas a través distracciones o fabulaciones. Solemos relativizar la información, condicionar nuestra visión o análisis a elementos selectos para tratar de evitar pensamientos atribulados o laceraciones en el ego.  No podemos aceptar la crudeza de la verdad ni la realidad deletérea sin algo de ilusión lenitiva; que no es más que la operación de un mecanismo intrínseco en la naturaleza humana, el autoengaño.

La distorsión egocéntrica opera en el entramado sensorial cuando la realidad sobrepasa la significación del individuo. Es necesario que la mente trabaje para favorecerlo, aunque eso implique que algo de conversión cognitiva mediante el razonamiento emocional. Si, por el contrario, la carencia de amor propio nos expone desnudos ante la verdad y sus efectos negativos, ante juicios internos demasiado rigurosos o fijaciones en el comportamiento errático, existe el riesgo de caer en depresión, pesimismo, frustración. La disonancia que funciona como mecanismo de defensa a través del autoengaño permite mitigar la tensión y angustia ocultas. El pensamiento no se basa razonamientos objetivos, totalmente herméticos, que no puedan ser filtrados por la invención, sino que a partir de recursos afectivos la mente es capaz de generar lógicas indulgentes que pueden valerse de relaciones con elementos irreales.

Existe el riesgo de caer en el abismo de la fascinación del yo, el extremo narcisista de la psique, lo que puede traer repercusiones en el desarrollo de la madurez intelectual. El pensarnos más inteligentes, virtuosos, comprensivos o interesantes de lo que somos puede afectar la relación con la realidad, generar un valor positivo en la corrupción de la percepción de lo que somos, terminara viciando el pensamiento; basar la experiencia en falsedades, representar argumentos disfrazados, esconder contradicciones para perseguir intereses soterrados, elaborar sistemas de comprensión para acercar la conclusiones al deseo, sumergirnos en la vanidad y perdernos en las profundidades de nuestro individualismo. Pasar por soberbios, presuntuosos, arrogantes, dogmáticos, falsarios o ilusos.  El autoengaño es una fase que debe conducirnos a la aceptación de la realidad, no a una caverna que alimentemos de sombras a satisfacción de nuestro ego.

BIBLIOGRAFÍA

– Catalán, M. F. (2014) El prestigio de la lejanía: ilusión, autoengaño y utopía (ed. II), España. Verbum.

-Trivers, R. ALTEA PSICOLOGOS Granada (2011) Psicología del autoengaño. Tomado de: https://www.youtube.com/watch?v=p2_9Jdhox8g&t=5s

– Castillero, O. Psicología y Mente, Los 4 tipos de razonamiento principales (y sus características) Una serie de formas de razonar que dependen de nuestro grado de maduración psicológica. Tomado de: https://psicologiaymente.com/inteligencia/tipos-de-razonamiento

– Psique. Wikipedia. Enciclopedia libre, 27 de mayo de 2018. https://es.wikipedia.org/wiki/Psique

Yesid Eduardo Correal Buitrago (Colombia): Docente-Investigador en Humanidades, seudólogo autonombrado, filosofo de taberna y nadaísta absoluto, frustrado poeta realvisceralista. Fundador del grupo de investigación, creación literaria y producción audiovisual Falsiloquio. Guionista por impulso y ocasional editor para medios digitales.

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