Por Luis Eduardo Cano Alvarez
El Poeta chileno de Altazor, Vicente Huidobro nos invita a escribir sobre el horizonte en fuga de un viajero que cae por las nubes de la noche destinal. La poesía a diferencia de otros discursos (prosas literales) no busca totalizar el reflejo del mundo, sino antes bien liberarlo de sus servidumbres ordinarias y al hacerlo pone en marcha el poder de la creación. De este modo, la forma A puede reflejar a X, lo desconocido, lo sorpresivo.
El poema tiene una forma (en donde actúa la negación), un elemento de la naturaleza, un fenómeno. Las palabras que seleccionamos y su resonancia, su ritmo, la disposición sobre el silencio de la página, su extensión. Pero también un poema es algo no dicho o dicho de otra manera. Un poema está cayendo eternamente, como el rayo creador y destructor.
El poema liberador
El poema se reconoce como un discurso irreverente, subversivo. El Poema es aquello que despreciando la esclavitud de la palabra, nos despierta limpiando nuestra manera de percibir, nuestra manera de pensar y de sentir. Y esto es así porque la liberación del reflejo nos muestra otros aspectos sobre lo conocido, pero también nos ilumina sectores innombrados de lo desconocido.
“Soy yo Altazor el del ansia infinita
Del hambre eterno y descorazonado
Carne labrada por arados de angustia
¿Cómo podré dormir mientras haya adentro
tierras desconocidas?“
“Vicente Huidobro, Altazor
Por supuesto que el poema al entrar en contacto con lo desconocido no se nos presenta en su plenitud, y es con esfuerzo que le podemos mirar y después nombrarlo, y así asumir su transformación. Y esto lo expresa bellamente Huidobro: “En todas las cosas hay una palabra interna, una palabra latente y que está debajo de la palabra que las designa. Esa es la palabra que debe descubrir el poeta” (1989, 293).
Trabajar la forma de la imagen y su reflejo
El objetivo esencial que persigue el poeta consiste en trabajar la forma de la imagen y su reflejo, de modo que el poema, en su repercusión social e individual, relacione lo conocido y lo desconocido con novedad y prepare siempre su propia revelación. Las repercusiones del poema para quien lo revela se muestran en todos los aspectos de su ser y en especial en su sistema perceptivo, pues este tiene siempre que adecuarse a lo percibido al tiempo que deshecha sus pasados datos, se libera de sus acostumbrados reflejos.
“Lo veo todo, tengo mi cerebro forjado en lenguas de profeta.
La montaña es el suspiro de Dios, ascendiendo en termómetro hinchado hasta tocar los pies de la amada.
“Vicente Huidobro, Altazor
De esta manera, se ve la diferencia tajante entre la palabra común y comunicativa, esa de lenguaje “normalizado” y universal o de metáfora literalizada; y la palabra poética, la cual carga la intención de hacer arte con palabras Así al poeta le interesa elegir las palabras por lo que éstas connotan, sugieren.
Estética del sugerimiento
Tal es la estética del sugerimiento que propone Huidobro (1989, 282) en su artículo “El arte del sugerimiento”, pues está convencido que la tarea del arte es sugerir, esbozar las ideas y dejar la reconstitución de ellas a cada uno de los lectores. Huidobro se aleja de todo lo “viejo”, lo rutinario, y esto no es otra cosa que el lenguaje de lo conocido, donde el lenguaje es la esclavitud de la utilidad.
Contrario a esto, el poeta debe defender lo que se le aparece como una proyección de lo desconocido, y dicha aparición se presenta en diversos sentidos como sugerencia o posibilidad. En este sugerir se hace una apuesta por la originalidad, lo cual es provechoso por la cantidad de vías que se permite explorar el arte. Es en la multiplicidad donde se da toda manifestación artística, y este arte del sugerir permite mil combinaciones.
De ahí, que el vocabulario de la poesía sea infinito, pues ella “no cree en la certeza de todas sus posibles combinaciones” (Huidobro, 1989, 293), su tarea es la de transformar en imagen lo que vemos e imaginamos. Y el poeta debe tomar esta distancia del lenguaje cotidiano porque su hablar entraña lo inexpresable, concretamente “la poesía es el lenguaje de la creación”, está SIENDO, pero es un conglomerado de universos que a su vez se está HACIENDO.
“La eternidad se vuelve sendero de flor
Para el regreso de espectros y problemas
Para el miraje sediento de las nuevas hipótesis
Que rompen el espejo de la magia posible“
Huidobro, V. (1989) Obra selecta. Biblioteca Ayacucho: Venezuela.