La comprensión de lo que somos como comunidad e individuos es clave para la convivencia y el fortalecimiento del tejido social en San Cristóbal. Mediante el reconocimiento de nuestro territorio generamos sentido de pertenencia y valoramos cada aspecto de la cotidianidad. Esta comprensión que alcanzamos con el trabajo en equipo genera acciones responsables que inciden en el desarrollo integral de nuestra sociedad. Acciones sencillas y poderosas pueden mejorar nuestro mundo, ampliar nuestro conocimiento y así aportar soluciones innovadoras a los problemas que a diario enfrentamos.
En San Cristóbal se desarrollan acciones de reconocimiento y de transformación social gracias al activismo juvenil que ve en nuestra riqueza ambiental una oportunidad única para despertar la conciencia. Con acciones como caminar y desconectarse un momento de las rutinas habituales, los jóvenes de San Cristóbal asumen el territorio como suyo, visualizan la fauna y la flora, valoran la vida campesina, disfrutan de las fuentes hídricas y hacen del encuentro con la naturaleza una estrategia comunitaria para la construcción de paz territorial.
Semillero juvenil
La participación de los jóvenes en procesos de reconocimiento y valoración del territorio es importante para la creación de nuevos liderazgos en San Cristóbal. El Semillero de Turismo y Paz es precisamente uno de los escenarios de participación juvenil que mediante el reconocimiento de las veredas de San Cristóbal construye nuevos liderazgos y aporta al cambio social. Uno de los objetivos más importante del Semillero Juvenil de Turismo y Paz es recorrer todas las veredas de nuestro corregimiento, por ello hacen caminatas una vez al mes por alguna de las veredas, conociendo sus procesos comunitarios, problemáticas, potencialidades.
El Semillero busca integrar a San Cristóbal como un territorio diverso, reconocer las relaciones entre el sector urbano y la ruralidad, identificar las escuelas, las zonas de bosque protegidas y las zonas de producción agrícola, para que así los jóvenes después de tener encuentros con las comunidades tengan una visión diferente de San Cristóbal. Han estado en veredas como La Palma, El Carmelo, La Loma, San José de la montaña y La ilusión. Se enfoca en rutas con un componente natural porque la naturaleza ayuda a conectar con la paz interior, promueven los baños de bosque, el contacto con el agua y estar en armonía con la energía de la tierra, a veces realizan caminatas por el cerro del Padre Amaya y la Reserva Natural El Moral.
El Semillero de Turismo y Paz nació en junio del 2018 cuando el colectivo y agencia de viajes Trekking San Cristóbal ganó la convocatoria de Jóvenes con la fundación Mi Sangre con recursos de la UNDEF, de ahí surgió la necesidad de convocar personas interesadas en el turismo comunitario y la paz. Una vez reunidos, se empezó a consolidar este semillero como un grupo que trabaja por impactar principalmente a los jóvenes en el corregimiento de San Cristóbal, aunque, a veces, trabajan con otras poblaciones como la niñez y la tercera edad. Su prioridad es enseñar la paz interior para posteriormente en acciones conjuntas poder construir paz entre todos, con micro acciones que pueden significar grandes cosas para las comunidades.

“Salir de la zona de confort, sus casas, sus cuartos y empezar a ver un territorio magníficamente diverso, – así nos invita Davier Montes, quien coordina el Semillero – es un espacio para todos aquellos interesados en caminar y reconocer el corregimiento, también para aquellos que buscan un grupo de personas empáticas que se esfuerzan por la paz territorial”.
Davier Montes, líder comunitario y coordinador del Semillero, sabe lo importante que es generar una narrativa positiva sobre San Cristóbal. Si se mantiene el enfoque de trabajar en comunidad son posibles los procesos de transformación, sin dejar de lado los procesos individuales vinculándolos a otros en una plataforma donde todos puedan dialogar para poder identificarse, reconocerse y apoyarse unos a otros para empezar a ver el territorio como algo vivo, diverso y con fuerza en donde todos podemos aportar en el cambio: “siempre y cuando tengamos empatía podemos empezar a ver el territorio de una manera muy diferente – comenta Davier- Para nosotros la prioridad es fomentar una paz individual, para luego fomentarla en nuestro contexto”.
Otro proceso importante en el semillero juvenil es la reactivación de liderazgos, pasar del estado pasivo, de queja o de indiferencia con el contexto en donde viven a un estado de activismo, liderazgo de procesos e interés por el cambio social, esto es importante para comprender el territorio y realizar acciones que generen estos cambios. Desde la coordinación del semillero es muy satisfactorio ver la transformación de algunos jóvenes, pues al principio algunos llegan siendo personas aisladas y con problemas, y luego se puede valorar su transformación en sujetos de autónomos, empoderados, preocupados y empáticos con su territorio. Cooperativismo, unidad, trabajo en equipo y solidaridad son valores esenciales para transformar el territorio.
El semillero juvenil se compone de tres equipos de trabajo:
Gestión Comunitaria: Su incidencia y proyección es externa. Busca generar espacios de encuentro en el territorio para incidir por medio de prácticas sociales en la calidad de vida de los habitantes, quienes serían los protagonistas del impacto conseguido.
Mejoramiento continuo: Su campo de acción es el semillero, para incidir positivamente en el desarrollo de nuestra organización.
Gestión sociopolítica: Se puede ejercer desde adentro en forma de alianzas con los tomadores de decisión, o desde afuera para influir en el sistema político y sus instituciones. Así mismo, puede desarrollarse mediante acciones que directa o indirectamente influyan el ámbito de lo público.

Se enfocan en varias áreas de trabajo, la primera son intercambios ya que es importante que los jóvenes conozcan otras organizaciones del territorio, su contexto y su trabajo por la comunidad, también es importante que los jóvenes conozcan el lugar donde viven por esto realizan caminatas o recorridos de reconocimiento territorial, además realizan activismo por medio de acciones disruptivas con las que dejan un mensaje de convivencia y paz.
Para el Semillero de Turismo y Paz es importante tener en cuenta los procesos organizacionales de las comunidades, promover un turismo interesado por los procesos del territorio, porque una vez se tienen en cuenta los procesos que han permanecido se pueden empezar a entablar negociaciones y diálogos vinculantes para que la comunidad se beneficie con los recursos generados por el turismo, y no centrarse solo en beneficiar económicamente a una sola organización, sino a toda la comunidad.
Desde una perspectiva comunitaria y ambiental, el Semillero tiene un proceso de formación en torno a la paz territorial y los tratados de paz del estado colombiano con las FARC. También realizan un proceso de paz interior, acompañamiento psicosocial con los jóvenes, aprendizaje del manejo de las emociones, y la práctica de valores como el perdón y la reconciliación en acciones cotidianas. La apuesta por el reconocimiento del territorio y los liderazgos juveniles es la mejor opción para una comunidad que enfrenta los retos del desarrollo y el crecimiento económico. La construcción de paz se hace en comunidad integrando territorio y subjetividad, eso es lo que el Semillero de Turismo y Paz nos enseña.
Podcast Participación y paz en el territorio: Juntos construimos comunidad
A continuación, escucharemos el podcast colectivo “Participación y paz en el territorio: Juntos construimos comunidad”, elaborado con las visiones de los participantes del taller desarrollado en el Centro Educativo Travesías El Morro. En este taller se fomentó la participación como estrategia para la paz del territorio, visibilizando el trabajo de los colectivos que incentivan la participación en comunidad, reconociendo a los actores de transformación positiva en el territorio.
Voz de introducción: Yuly Andrea Durango
Textos y voces de los participantes:
María Ángel Correa
María José Araque Pulgarín
Elizabeth Rivera Mazo
Isabella Varela García
María Alejandra Ospina salgado
Luciana Henao Rivera
Investigación y edición: Yuly Durango y Luis Eduardo Cano.
Fotografías: Semillero Juvenil Turismo y Paz / Corporación Ouróboros
