Desde hace más de seis años el proyecto comunitario Sembrando Futuro ha cultivado plantas aromáticas y medicinales en inmediaciones del Parque Biblioteca Fernando Botero. Este proyecto en el que la comunidad se vincula con el Parque Biblioteca es un modelo de participación y empoderamiento que hace uso de espacios públicos y los transforma de la mejor manera para beneficio de todos.
En este proyecto reúne a personas interesadas por el medio ambiente, en especial por las plantas medicinales del territorio, las cuales son patrimonio vivo de San Cristóbal. De manera voluntaria algunos habitantes del Corregimiento se decidieron a apostarle al trabajo en equipo, orientando sus esfuerzos por crear y mantener una huerta comunitaria en la que se pudieran albergar las plantas más representativas de esta zona.
Un Ángel de las plantas
Ángel Domingo Álvarez fue el iniciador de esta huerta comunitaria, su pasión y conocimientos sobre las plantas aromáticas y medicinales lo impulsaron a realizar este proyecto. Él es conocido en San Cristóbal y en especial en la vereda la Loma, por cultivar plantas medicinales y por su amplio conocimiento de las propiedades de cada planta y sus modos de preparación.
Gracias a su gestión comunitaria fue creado el grupo de vigías del patrimonio, denominado Yarumo. Su objetivo ha sido fomentar y dar a conocer el valor de las plantas aromáticas y medicinales. Mediante charlas y talleres ha liderado esta iniciativa patrimonial, transmitiendo sus conocimientos a la comunidad de San Cristóbal y de la ciudad de Medellín, en general. La historia de don Ángel con las plantas medicinales comenzó hace mas de 40 años, cuando tenía problemas de salud y la droga que le mandaban le causaba efectos contraproducentes. Comenzó a averiguar qué le podía servir para curarse y fue entonces cuando probó la infusión de la planta cura hígado (Artemisia sp.), que le sirvió mucho. Desde entonces ha venido aprendiendo y compartiendo su saber con todos aquellos interesados en aliviar sus dolencias con las plantas. Muchos lo buscan o lo llaman pidiendo recomendaciones, él les indica lo que deben hacer para mejorar, qué plantas conseguir y cómo consumirlas parea que no afecten la salud. Recomienda no abusar con el consumo de una planta, ya que en vez de aliviar podría enfermar a quien la utiliza de manera incontrolada. En su hogar cultiva plantas para vender y hacer sus propias preparaciones.

Ángel es reconocido porque hace de manera artesanal pomadas, jarabes y linimentos que ayudan al bienestar de las personas, en especial para el tratamiento de los dolores musculares. Su emprendimiento, que también se llama Yarumo, ha servido para mejorar su economía y dar a conocer el poder curativo de las plantas. A él le interesa que la gente siembre en sus huertas o en sus casas, que aprendan cómo utilizarlas. Las personas a veces no saben la riqueza que hay en San Cristóbal y procesos como los que lidera Ángel Alvarez promueven una narrativa de reconocimiento que vincula la tradición de la medicina alternativa y el medio ambiente.
Ellos se reúnen los viernes en la mañana para abonar el cultivo y sembrar nuevas plantas. Comenzaron sembrando unas cuantas plantas aromáticas y aunque al principio la gente tiraba basura y no respetaba el sembrado, hoy casi que no tienen que recoger desechos. Esto demuestra que la cultura ciudadana se promueve si se logra generar el empoderamiento de los espacios públicos, como en este caso.

En esta huerta, que recuerda los solares de las casas antiguas donde crecían los árboles frutales y las hierbas silvestres, encontramos variedad de plantas de este territorio como la hierbabuena, la singamochila, el boldo, el estragón, el romero, el orégano, la menta, el carey, la cúrcuma, la rosa amarilla, el paico, el limoncillo, la penca de sábila, la sangre de drago, la higuerilla, todas, de gran presencia en el territorio, que han sido recolectadas entre amigos y familiares.

Sembrando Futuro
El grupo que conforma Sembrando Futuro está compuesto por integrantes de los Vigías del Patrimonio y por personas de la comunidad que de manera voluntaria se reúnen para sembrar y cuidar las plantas. La participación de personas como Ingry Tatiana Cano Ahumada, Rubén Cano Gonzáles y Blanca Isaza es esencial para el mantenimiento de la huerta.

Ingry Tatiana Cano participa desde hace cuatro años del proyecto Sembrando Futuro y fue en este proceso como conoció a don Ángel, quien le ha enseñado muchísimas cosas sobre las plantas medicinales. Sembrar le ha enseñado la paciencia y el amor por la tierra. Recuerda que su abuela le daba infusiones cuando era niña y que así fue como conoció el cedrón y el prontoalivio. Ella reconoce que todavía le falta mucho por aprender y por eso hace parte del equipo de Sembrando Futuro y de los Vigías del Patrimonio, con quienes ha estado en parques biblioteca y en instituciones educativas, sedes comunales y veredas, dando a conocer la riqueza ambiental y patrimonial de San Cristóbal.
Rubén Cano, habitante del sector de Playa Rica y a quien le interesa servir con amor y entrega, recientemente se ha vinculado a esta apuesta comunitaria y patrimonial. Su labor fundamental es abonar y hacer el mantenimiento de la huerta, labor que alterna con su trabajo como agricultor y artesano. Como puede saca tiempo de sus jornadas y aprovecha la compañía de Ángel Domingo Álvarez para aprender de él.

Gracias al conocimiento y trabajo de Sembrando Futuro el patrimonio vivo del Corregimiento se actualiza al servir como excusa para vincular a las personas en función de ciertos objetivos comunes. Más que las plantas y sus propiedades, lo que promueve Sembrando Futuro es una narrativa muy humana en la que las historias y las acciones cotidianas fortalecen el tejido social de San Cristóbal.
Iniciativas como Sembrando Futuro hacen que el patrimonio cultural inmaterial pueda estar al alcance de todos los que habitamos San Cristóbal, reconociendo nuestra riqueza territorial y el valor de las personas y sus costumbres para identificarnos como seres que compartimos y debemos crear juntos este territorio que cohabitamos.
Usos tradicionales del paico

El paico (Dysphania ambrosioides) es una planta originaria de América y de uso extendido en nuestro territorio. Es común encontrarla en las veredas de San Cristóbal y en especial en las huertas o patios de las casas. Se usan las hojas en infusión. Es antihelmíntico, ayuda para eliminar los parásitos intestinales. Es antiespasmódico o relajante muscular. Se ha utilizado en infusión para combatir la gripa y el asma, aunque también es utilizado por las mujeres para favorecer la menstruación. No se recomienda su consumo en mujeres embarazadas y en niños menores de 3 años.
Investigación y edición: Yuly Durango y Luis Eduardo Cano Álvarez.
Fotografías: Luis Eduardo Cano Álvarez .
