
RECUERDOS
Versificaré la noche con los andamios del pasado,
las horas trilladas por los golpes
y las heridas que no pudimos sanar.
Iré pintando este marzo de soledad
con invitación a la mesa de sillas ausentes.
Será el estornudo de un hallazgo,
el nacimiento de la memoria.
Como si el invierno no hubiera mudado su fresco
junto a las semillas que nos dejaron secas
y el despojo soñando eternidades.
Con las manos juntas
Abriremos el desteñido álbum
en la página que ilusionó fortuitamente nuestro terraplén.
MI PROPIO JARDÍN
Hay un volcán de hojas estériles
en la ironía que me guarece,
tras el lienzo que te oculta el rostro.
Empujo tu huella prendida.
Ansío todos miren cómo arrastro el oleaje
sin desunir la molestia del silencio,
el desacato del viento al romper sin escrúpulos
la rama que me soportó por siglos.
Sabrán de mi propio jardín,
verde, de luz y sombra
donde me elevo y renazco,
muda, ausente.
CONTEO REGRESIVO
Sentada sobre tu ausencia he mordido los días,
confusos, prohibidos.
Nadie sufre la terquedad irracional de esta costilla deshecha,
el descalabro me pesa en la tradición de guardarte.
En tu bolsa estibas cada desafío que mostré cual juguete en vidriera.
Me urge el juramento, el crepúsculo,
todo.
Es tu retiro el ahogo casual
confiado en el musgo de las ruinas de Daimy.
Con las cadenas de mi espera a cuesta
subo al tren por el vagón donde cruzaste los pies
en busca del aroma de agua limpia
necesaria para el baño de mis decepciones.
SOMBRA
Junto al cayo fundido en la ribera está mi sombra.
La cuido de ojos tercos,
más allá de la caricia en mi garganta.
Ya una vez se asomó al arcoíris
y el puñal de una sonrisa le fundió el color.
Ella es tenue como la noche cuando la luna es más redonda.
Se posa en la imagen que acoso cada amanecer.
Ya no quiero jugar al escondido,
recelo se me pierda el pulso,
como tú, por los rincones,
por eso la defiendo
de labios maltrechos, de pocas palabras,
donde el peñasco baña las olas
y el arrecife se cambia el ropaje.
Entonces,
me trae entre su claroscuro,
el beso atragantado que guardé para ti.
ABRÁZAME LA MANO
Abrázame la mano
que voy a cruzar el viento,
esquiva las barreras,
como en la escalada que te regaló nuevos espacios.
Confío en tu ánimo para surcar la margen
y la calma con que asumes
los disturbios del corazón.
Si me auxilias,
te brindo un cielo de olas inmensas,
las lunas que me sobran,
el calor de mis nostalgias,
la estrella donde escondí las rimas.
Tal vez no sea mucho lo que planteo,
en cambio, cada tarde libaré flores para ti,
enjugaré el silencio para colmarlo de sonatas,
justo en ese espacio que corteja tu sombra.
Ruth Lorenzo Santos (Nuevitas, Camagüey. Cuba, 1960). Narradora y poeta. Miembro de la Peña de Arte y Literatura Manuel Maure Parri, promotora de eventos como tendederas de poemas, exposiciones con artistas plásticos y artesanos de la localidad, conductora de veladas y otras actividades de dicha Peña. Ha obtenido premios y menciones en concursos entre los que se destaca “Emilia Bernal”, que convoca la Biblioteca Municipal y eventos de investigación del Museo Municipal, mención en concurso del Museo Diocesano de Camagüey. Finalista en cuatro ocasiones en Concursos Internacionales de Poesía convocados por Grupo de Escritores Argentinos. Forma parte de la Antología Vientos del Sur de la Editora Argentina Linda y Fatal Ediciones en el 2015. Posee un poema publicado por Ouroboros en su Revista No. 26 y en la revista Mexicana el Gorrión Ahorcado.

