AUSENCIA
Te fuiste molesto, con ira y tristeza.
Mientras tanto yo intento entenderte,
me cuesta hacerlo, pensaba que lo hacía bien,
que mis palabras, mi manera de amar eran suficiente,
a veces te veo, te abrazo, intento que hablemos,
aun no lo logro, te siento ausente, distante.
Sigues creciendo, buscando tu espacio,
ubicarte en un mundo lleno de altibajos,
creciste en dos mundos, opuestos, tal vez,
sólo sé que el mundo que yo te daba
intenté construirlo con amor, dedicación, esmero, no ha sido fácil;
si me esforzaba, procuraba que tuvieras más de lo que tuve.
Espero que haya cultivado en ti, un ser integral,
capaz de servir, ser útil en una sociedad que a veces lastima,
pero a su vez genera alegrías, derrotas, victorias,
donde abundan almas rotas y perdidas,
otras en cambio, desbordantes de humanidad, las que alientan y animan.
Ansío que seas feliz, que tengas anhelos, metas, sueños e ilusiones,
con un proyecto de vida que incluya ayudar a otros,
de intentar, al caer respirar, levantarse, volver a empezar con más experiencia,
pero especialmente, te bendigo y ruego a Dios que guie tu caminar.
ILUSIÓN
Acá estoy como una niña, maravillada,
esperando una señal tuya para ponerme más feliz,
mi pecho ensanchado, mi estómago con miles de mariposas revoloteando,
mis ojos brillantes, gracias a ti, a tu presencia en mi vida.
Te esfuerzas, me buscas, me consientes,
me escribes, me llamas, me envías mensajes,
canciones, besitos y besos,
adoro escucharte, verte, sentirte, deleitarme contigo.
Qué alegría siento al saber de ti,
de tus aspiraciones, tus fantasías, tus dolores pasados,
las vivencias que te han traído hasta aquí, quizás a mí,
te comparto mi vida, mis batallas ganadas, mis miedos,
quiero seguir aturdida pensando que no pasará,
que los bellos momentos perdurarán en el tiempo,
que tu atención y tu disposición serán eternas,
sentirse enamorado, es sentirse vivo,
¡Cuánto quiero que esta ilusión perdure!
Quiero tenerte conmigo, a mi ladito.
Mary Luz Sepúlveda Patiño (Colombia): Mujer, madre, contadora de profesión, docente de mi área por varios años, disfruto leer, escribir, enseñar, viajar, bailar, conocer culturas, comidas, deleitarme con las historias de las personas que conozco. A raíz de la muerte de mi hija, publiqué un libro : ISABELLA ¡TRISTE! NO, MAMÁ ¡FELIZ!: perder un hijo hiere para siempre la sensibilidad de una madre, pero no debe llevarla a morir con él.
