Álvaro Vásquez Cano, campesino agricultor y líder comunitario de la vereda El Uvito es un claro ejemplo de vida que nos muestra lo que significa dedicarse a la tierra desde un enfoque comunitario. Sus conocimientos sobre plantas aromáticas y medicinales, esos saberes que lo hacen un excelente guía en la huerta y en el monte, hacen de este hombre emprendedor un representante tradicional del valor humano y comunitario de nuestro corregimiento de San Cristóbal.
Aquí, en esta vereda El Uvito, con nombre de fruto silvestre, ubicada entre las veredas Las Playas y La Cuchilla, la tradición de las plantas aromáticas y medicinales se desarrolla junto a bosques donde aún es posible encontrar animales salvajes y especies tan frágiles como las abejas y las mariposas translúcidas, esto en claro contraste con el choque de la modernidad y el urbanismo desaforado.
Álvaro recuerda que empezó a cultivar la tierra desde los siete años, cebolla y cilantro, que son importantes y frecuentes en la economía de nuestro terruño. Menciona con añoranza que en su infancia las plantas las abonaban con tierra del bosque, nada era procesado. En esos años la vida era sencilla en San Cristóbal, no existía la autopista ni el túnel, las personas eran todas conocidas y se respiraba un aire de confianza y de fantasía.

Panorámica desde la vereda El Uvito. 13/08/2021
Desde que tiene conciencia a Álvaro Vásquez le ha gustado estar al servicio de la gente, trabajar el campo, transmitir los conocimientos que tiene sobre el cultivo enseñando el valor que tiene la tierra para la soberanía alimentaria y conservación de la biodiversidad. Álvaro se reconoce como una persona solidaria que disfruta compartir y conversar con las generaciones nuevas, en especial, con los niños. Él ha crecido al ritmo del azadón y su encuentro con el mundo biodiverso; habitando el campo se ha propuesto transmitir sus conocimientos a los más jóvenes, pues es consciente de que una de las problemáticas que más afecta la actividad agricultora es el relevo generacional, ¿qué hacer para que los niños y jóvenes de San Cristóbal no abandonen el campo? ¿Cómo transmitirles a estas nuevas generaciones el amor y el respeto que merece la tierra? Estas son las reflexiones a las que nos invita este campesino, con el deseo de generar un eco entre quienes habitamos esta tierra verde, rica en fuentes hídricas y biodiversidad de fauna y flora.
Álvaro Vásquez también disfruta recibir a las personas de la ciudad, estimulándoles a querer y cultivar el campo, si se logra transmitir el respeto por este pedacito de tierra que se encuentra amenazada con la aceleración de la expansión urbana, es mucho lo que se lograría por la conservación.
Huerta escuela: un proyecto comunitario
Huerta Escuela es un proyecto que nace de la necesidad de diversificar los cultivos en la tierra, en la vereda se venía aplicando el monocultivo, se tenía lechuga, cebolla, cilantro, estos eran los productos con más salida. Han buscado el cambio y la diversificación de cultivos debido a la afectación por los costos de producción y la ganancia generada. A partir de esa experiencia y de la baja remuneración, empezaron la transición del cultivo tradicional al cultivo agroecológico. Álvaro Vásquez, una de las voces líderes de este proyecto entre vecinos aprovechó el conocimiento que había adquirido en el programa de Mercados campesinos para fortalecer una economía solidaria en la vereda. Ahora este proyecto lo integra Álvaro junto a otros campesinos de El Uvito, entre quienes se cuentan Juan David Cardona, Sandra Velásquez, Alicia Cardona, Marta Restrepo, Ignacio Muñoz, Ramón Cano, Alberto Cano.
Uno de los objetivos que reúne a este grupo de emprendedores es lograr la comercialización de mercados que se conforman con la producción de los campesinos de la vereda El Uvito, el único requisito es que el cultivo se sostenga de manera agroecológica, es decir, libre de agrotóxicos. Con paciencia y dedicación han logrado conformar una clientela y agendar ventas semanales y quincenales. También se han propuesto hacer algunos cambios en infraestructura de la finca para recibir nuevos visitantes.
Este proyecto de Huerta Escuela tiene como misión ofrecer al público productos cultivados totalmente libres de agrotóxicos a precios bajos y también se diseñan productos como aliños para conservación refrigerada.
Medicina en la huerta
En Huerta Escuela, con el acompañamiento de Álvaro Vásquez, comprendemos la importancia de tener al alcance de la mano una gran reserva medicinal cultivada en la huerta. Las plantas ancestrales que por tradición son cultivadas o crecen en los caminos han servido desde tiempos inmemoriales no solo para la alimentación y la medicina, sino también para el bienestar de todas las especies. Cada planta tiene poderes que de manera secreta o evidente ayudan al equilibrio de las personas, los animales domésticos y para mantener un cultivo controlado y estable.
Cuando vemos el cultivo limpio de agrotóxicos y la diversidad de plantas que encontramos en Huerta Escuela pensamos que la agroecología no es un cuento, pues aquí en la vereda El Uvito, su realidad no solo es importante desde el punto de vista ambiental, social y económico, sino que ayuda al mantenimiento de la tradición. Aprender de la naturaleza, comprender sus tiempos y procesos, es algo que los campesinos y todo aquel que se dispone al contacto con la tierra, entienden tarde o temprano. La comprensión de la tierra y sus procesos implica dimensionar que nuestro planeta no solo es un recurso, sino todo un modelo de conocimiento y práctica sostenible. Para Álvaro Vásquez, la alelopatía, esa manera en que la naturaleza se regula desde la diversidad es el mejor modelo para implementar en los cultivos y es lo que recomienda para todo el Corregimiento. Este modelo es aplicable cuando entendemos que las tradiciones y las prácticas socioculturales se corresponden con el territorio en que habitamos, de forma que cambios bruscos o violentos, como el urbanismo sin control y el desarrollo económico y social desarticulado impiden los procesos de arraigo e identidad.

Mariposa translúcida, una maravilla que podemos apreciar en el bosque nativo de la zona.
Plantas como el romero, el cidrón, la alcachofa, la salvia amarga, el limoncillo, la ruda, la borraja, la altamisa, la citronela, el prontoalivio, el sauco, la verbena, el brevo, el níspero, la yerbabuena, la cola de caballo, el manrubio, el mastuerzo, el cordoncillo, el caracucho, el tabaquillo, se encuentran en las huertas de la vereda el Uvito, una vereda en la que los campesinos intercalan por tradición las hortalizas y las flores.
Usos tradicionales de la caléndula

Una de las plantas que encontramos en Huerta Escuela El Uvito, de las más utilizadas en nuestro corregimiento y con propiedades maravillosas es la caléndula. Se recomienda su cultivo en las huertas porque promueve la polinización y la biodiversidad, atrayendo insectos, especialmente a las mariposas. Sus flores tienen propiedades cicatrizantes y comúnmente se emplea para el tratamiento del acné, las heridas, las quemaduras y para irritaciones cutáneas. Su uso interno como infusión ayuda en el tratamiento de inflamaciones bucofaríngeas y úlceras. Para aplicación externa se emplea en baños y emplastos con el objetivo de cicatrizar heridas y quemaduras.
Como en la mayoría de los casos en los que se realizan remedios y curaciones con plantas aromáticas y medicinales, es importante omitir el uso de éstas durante el embarazo y los periodos de lactancia.
Investigación y edición: Luis Eduardo Cano y Yuly A. Durango.
Fotografías: Andrés Urán.

3 comentarios en “Huerta Escuela, una apuesta por recuperar los saberes de la tierra”
Hola. Quisiera conocer más acerca de este proyecto ¿En qué municipio se encuentra la Huerta Escuela? Gracias
Grato saludo Cecilia, Huerta Escuela es una iniciativa desarrollada en Medellín, en la vereda El Uvito del corregimiento San Cristóbal.
https://vitrinacultural.com/huerta-escuela/