Para una sociedad como la de San Cristóbal en la que los conflictos humanos y ambientales aumentan todos los días, se hace indispensable disponer de estrategias, habilidades y capacidades para sanarnos como comunidad, para reparar aquellas faltas que dañan el lazo social y deterioran nuestro habitar. Al activar nuestras capacidades dentro de un marco de responsabilidad comunitaria reflexionamos sobre la importancia de generar acciones en pro de la convivencia y de la protección del medio ambiente.
En realidad, la naturaleza somos todos, seamos humanos o no, participamos de una dinámica vital tan compleja que es imposible no generar o padecer un conflicto. Los conflictos son, en efecto, inevitables en la dimensión biológica y en la sociocultural, a nivel económico y también ambiental. En realidad, la vida se juega en la perspectiva particular desde la que desarrollamos estrategias y respuestas a cualquier conflicto. No solo en el diálogo entre mente y cuerpo o en la dialéctica que combina yo y otro, encontramos conflictos, sino también en la relación con el medio ambiente, a la vez que inevitablemente nos enfrentamos a la muerte, el conflicto es fundamental a nuestras vidas. Lo que nos hace fuertes como comunidad no es evitar los conflictos, sino más bien la capacidad de enfrentarlos con dignidad.
Palabras para sanar
Hemos padecido como sociedad una violencia que ha tomado formas impensables, pero hemos sabido responder con palabras cargadas de recuerdos e historias, con acciones humildes y grandiosas que pretenden transformar nuestras interacciones conflictivas en oportunidades para el cambio y la innovación social. Somos una comunidad diversa, algunos afortunados y otros adoloridos, algunos urbanos y otros rurales, algunos nativos y otros desplazados. Tenemos diversas formas de pensar y amar, vamos caminando senderos compartidos y solitarios, pero siempre con la posibilidad de expresar nuestro pensamiento y de actuar con la más sincera emoción.
El territorio de San Cristóbal es un lugar de encuentro solidario, en sus calles y caminos todavía es importante el saludo, la empatía y la confianza. Esto se vive en las calles del parque principal y en los senderos de las veredas. Sin embargo, el gran proceso de urbanización y de modernización del territorio ha dispuesto de todo un ámbito de desapropiación, de indiferencia, de mercantilismo y de apatía por lo propio, que pone en riesgo todo proceso de identidad.
Al comprender nuestras diferencias, nuestro origen humilde y nuestra dignidad podemos dimensionar el alcance de nuestras acciones. No tenemos que rebajar al otro para mostrar piedad, basta reconocer nuestra limitación y acudir al otro para dialogar. Las cicatrices que se forman con el tiempo son emocionales y significativas, dan cuenta de nuestra experiencia y enseñan con mensajes cortos toda una historia de vida.
Corpoccidente, asociación comunitaria
Una de las formas en que podemos curarnos es mediante la asociación con otros, pues creamos una oportunidad de cambio al compartir nuestra experiencia de vida y descubrir que no estamos solos y que podemos perdonar. Cuando nos sabemos vulnerables y recordamos nuestra historia de vida podemos revisar nuestro pasado y resignificar las heridas emocionales.
En nuestro corregimiento San Cristóbal los espacios de inclusión y sanación comunitaria se integran con una visión de territorio en la que todos somos importantes y necesarios. Tal es el caso de Corpoccidente, una asociación comunitaria de recicladores de oficio, que a través del trabajo comunitario y de la integración social encuentra en la palabra y el diálogo una herramienta de sanación.
Con incidencia especial en el sector de Nuevo Occidente, esta corporación sin ánimo de lucro agrupa 58 asociados que, además de trabajar por el cuidado del medio ambiente y la cultura ciudadana, se reúnen para compartir sus experiencias, sus historias de vida, y así curar las heridas emocionales. La función comunitaria de Corpoccidente no solo se limita al ámbito ambiental, sino que está muy orientada a fortalecer las relaciones humanas de sus asociados, los recicladores, y de la comunidad en general. Por medio de actividades pedagógicas y de sensibilización inciden en un territorio donde encontramos distintas problemáticas.
Una de las problemáticas importantes en el territorio de Nuevo Occidente está relacionada con la disposición de los residuos, lo que genera afectación en la sana convivencia. Para María Elena Cárdenas, coordinadora de proyectos de Corpoccidente, el tema del reciclaje es la base de una economía circular y una respuesta efectiva a los conflictos ambientales y comunitarios. De lo que se trata es de educar sobre la convivencia desde la perspectiva del cuidado del medio ambiente. En particular, a María Elena le parece fundamental la socialización y la sanación de las personas que integran este proyecto ambiental.
Reciclaje y arte
Una de las estrategias para la autosanación es el arte y en Corpoccidente tiene un lugar especial. La transformación de los objetos y materiales reciclados en obras de arte u objetos útiles sirve al propósito doble de disminuir el impacto ambiental y crear soluciones a la vida cotidiana. Con espacios para el disfrute y el aprendizaje del arte, los recicladores integran sus experiencias de vida y expresan sus emociones de tal manera que se reconoce al otro y se le respeta. Al reconocer el dolor del otro podemos activar mecanismos esenciales para la convivencia como la empatía. Cuando nuestra historia de vida es narrada y compartida podemos resignificar las experiencias traumáticas gracias a la escucha y a las interpretaciones que nos permiten una comprensión profunda y que se nutre del amor y el cariño de los demás.
Corpoccidente es un modelo comunitario no solo en lo que tiene que ver con el manejo de los residuos aprovechables y el cuidado del medio ambiente, sino también en lo que se refiere al compromiso con el ser humano. Con la vinculación de personas mayores, algunos vulnerables emocionalmente o en condiciones especiales de salud, con diversidad de culturas como los emberá y personas víctimas de desplazamiento, esta asociación de recicladores compone una gran familia.
En esta familia las historias y las experiencias son importantes para el tejido emocional, pues desde la revisión de su pasado se puede comprender el presente y tener unos objetivos hacia el futuro. Muchos de los que conforman Corpoccidente vienen de otros territorios, desplazados por el conflicto armado o han llegado a San Cristóbal buscando superar las desigualdades sociales y económicas. Para todos sus integrantes, Corpoccidente es una oportunidad para vivir con paz y dignidad, y esperan ser aceptados y reconocidos por la labor que hacen.
Podcast Memoria y autosanación: Palabra y diálogo como experiencia transformadora
A continuación, escucharemos el podcast colectivo “Memoria y autosanación: Palabra y diálogo como experiencia transformadora”, elaborado con las visiones de los participantes del taller desarrollado en el Parque Biblioteca Lusitania Nuevo Occidente con integrantes de Corpoccidente. En este taller se brindaron herramientas para tramitar el dolor o algunas experiencias traumáticas a través de la palabra y el diálogo, propiciando la transformación de una experiencia negativa por medio de la elaboración de poemas, cuentos e historias de vida.
Voz de introducción: Yuly Andrea Durango
Textos y voces de los participantes:
Integrantes de Corpoccidente
Investigación y edición: Luis Eduardo Cano Álvarez y Yuly Andrea Durango.
Fotografías: Corpoccidente y Corporación Ouróboros.
