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Augurios de Inocencia: Patti Smith y William Blake

Por Luis Eduardo Cano Álvarez.

¿Gritan los Animales como Nosotros?

TERRENO SALVAJE

 Acaso gritan los animales como humanos
 cuando su amado se tambalea
 cual ave de caza arrastrada
 al río de venas azules

 Acaso la hembra aúlla
 imitando al lobo de tanto dolor
 tocan las trompetas las azucenas
 por las crías despellejadas para usar su piel

 Acaso lloran los animales como humanos
 como yo al perderte
 con alaridos y aspavientos
 ovillados

 Así es como
 combatimos el campo helado
 descalzos y de manos vacías
 apenas humanos

 Sorteando un terreno salvaje
 que aún desconocemos
 aquí es donde se para el tiempo
 y no tenemos otro al que ir

 (Smith, 2005, p. 67-68)

Cuando terminamos de leer este poema del libro Augurios de Inocencia de Patti Smith, nos quedamos con la sensación de estar en un campo abierto, en un plano alternativo a nuestra conciencia habitual. Hay cierta magia en este poema, si entendemos la magia como un aspecto práctico de la imaginación.

La Visión que nos sacude demasiado pronto nos implica como lectores en una poética de la percepción. Esta Visión implica la forma humana en la forma animal, hombre y natura vinculados.

El sufrimiento y la violencia, el quejido y el llanto, el dolor de ser encarcelado, de perder lo amado ¿es esto exclusivo de la forma humana?, ¿pueden los animales y en general lo que llamamos naturaleza, sentir una pena honda, un dolor infinito? Estas preguntas parecen innecesarias en nuestra actual cultura, si pensamos en las diferentes manifestaciones y organizaciones que luchan y trabajan en beneficio de los animales y la protección de la naturaleza.

Desde la Visión de la poeta norteamericana nos es imprescindible nombrar poéticamente, nombrarnos en un vínculo ecológico en el que aprendemos a reconocernos no como aspectos divididos o separados, sino todo lo contrario, en la conciencia con el Todo.

 
 DIGNO EL CORDERO SACRIFICADO POR NOSOTROS
  
 Al borde de un prado en una confusión de piedras,
 oculto por la hierba alta y el amaranto,
 la huella del horror dibujada y hendida.
 Tenía un nombre hermoso: libertad.
 Bonita costilla. Invendible, ligera,
 el balido de una nueva vida.
  
 Le encantaba su boca, piececillos con pliegues.
 Al oírlo gritar, lo levantó por el pescuezo
 con sus fuertes brazos pegajosos de rocío.
 Y el hombre, un alma gobernada, de hombros anchos
 y ojos como Blake, lamentó quién lo había alimentado, nutrido
 de hidromiel y flores, mientras lo partía en dos.
  
 El granero ardía en un indiferente infierno,
 sepultaba doncellas con sus túnicas rizadas.
 El campo y el brezal vacíos cual corazón.
 Llamó a su dios casi sin aliento,
 abandonamos las granjas sacrificadas,
 cortamos el cordón, incineramos a nuestras crías.
  
 Lo hicimos por amor lo hicimos por el hombre,
 el espino blanco y el cuco,
 los senderos de Cumbria.
 Lo hicimos por un nombre hermoso:
 libertad, be, be, be,
 algo fútil, intangible.
  
 (Smith, 2005, pp. 10-11). 

En este poema la Visión denuncia, versos proféticos que combinan la ilusión metafórica de un Cordero sacrificado en nombre de la libertad. Aquí de nuevo el animal es el hombre, la vinculación de los ritos de sacrificio en nombre de lo intangible denuncia no solo la violencia contra los animales sino también contra el hombre. El hombre es en estos poemas un animal violentado, afligido, es una naturaleza sacrificada, confinada por prisiones intangibles.

Augurios de Inocencia

Con el nombre de Augurios de Inocencia (2005), Patti Smith nos vincula a una tradición literaria y poética que había recuperado esta Visión de la naturaleza y del hombre. Una tradición que desde un decir alternativo pudo darle la Voz a aquellos que habían sido desplazados por la tiranía, silenciados por el discurso de la razón.

Un mundo de la razón que marca la línea de lo verdadero define las restricciones del infinito, mide en relojes la eternidad del instante, separa los nervios y divide los átomos. El hombre se piensa en ese mundo como amo y señor de una naturaleza que casi es inerte, un objeto de estudio, un recurso o causa material.

Entre los representantes de la tradición poética que defiende un mundo imaginativo y que vincula al hombre con la naturaleza encontramos a William Blake. En realidad, el título del libro de Patti Smith es una clara referencia al autor inglés que ella considera su maestro desde que leyó uno de sus libros en la infancia, Canciones de Inocencia y de Experiencia.

William Blake compuso sus Augurios de Inocencia en 1803, en una época en la que la racionalidad había obstruido la capacidad imaginativa de los hombres y en la que el maltrato animal y la explotación de la naturaleza estaban en auge.  Artistas rebeldes como William Blake promovieron una Visión en la que el respeto y el cuidado de sí se vinculaba estrechamente con la naturaleza. Sus Visiones proféticas o imaginativas denuncian la percepción empañada y la acción equivocada, pues para Blake el hombre sin Imaginación es indolente y está sumido en sus propias ilusiones:

 El aullido de cada Lobo y cada León
 Recluta en el infierno un Alma Humana.
  
 La oveja maltratada engendra Lucha pública
 y perdona no obstante al Cuchillo del Carnicero.
  
 El Murciélago que revuela al Atardecer
 ha dejado el Cerebro que no quiere Creer.
  
 El Búho que ulula en la Noche
 pronuncia el temor del no Creyente.

 (W. Blake) 

La personificación o humanización de la naturaleza y los animales da cuenta desde William Blake de una tradición y un vínculo poético que la razón instrumental no pudo borrar. Para William Blake las relaciones entre el afuera y el adentro están determinadas de acuerdo con la visión propia de los individuos y las épocas. En una época en la que la imaginación está desvalorada o condenada, el hombre y la naturaleza están condenados también, destinados al narcisismo mental o la objetivación material, hombre y natura están condenados a la prisión racional:

 Un Petirrojo en una Jaula
 pone furioso a todo el Cielo.
  
 Quien haga daño al Reyezuelo
 jamás tendrá el afecto de los Hombres.
  
 Quien despierte la cólera del Buey
 jamás tendrá el amor de una Mujer.

 (W .Blake) 

La Visión imaginativa combina ética y ecología, yo y el otro enlazados por sutiles fibras de energía, por coloraciones afectivas, por matices sagrados. El augurio en su simplicidad y brevedad nos invita a transformarnos, a convertirnos en seres de la imaginación.

 No mates Mariposas ni Polillas,
 pues el Juicio Final ya se aproxima. 

Estos breves poemas de William Blake serán resplandores en la historia de la poesía, sus llamas de profecía llegan hasta Patti Smith para recordarnos que vivimos en un mundo compartido y que cualquier acto de violencia ciega tiene consecuencias para todos.

Todos podemos ser Profetas

La Visión de William Blake y Patti Smith en sus respectivos Augurios de Inocencia nos recuerda que los animales y la naturaleza no solo son parte de nuestra vida cotidiana y de nuestro plano de energía, sino que posibilitan una serie de encuentros literarios o de visiones artísticas en la que son protagonistas.

Recordamos solamente algunos ejemplos de la tradición poética en la que los animales y la naturaleza le enseñan al hombre acerca de sí mismo.

Samuel T. Coleridge en su poema el “Antiguo Marinero” narra las desventuras fantásticas de los tripulantes de un barco que cae en desgracia después de asesinar a un Albatros. El albatros será el mismo animal maltratado en Baudelaire. Edgar Allan Poe, repite el tema del albatros en la narración de “Arthur Gordon Pym” y es de clara recordación el tema del asesinato de un Gato Negro.

La Visión de un mundo que nos integre como seres de la energía es un sueño que compartimos con William Blake y Patti Smith. Blake decía que “ojalá todos fueran profetas”, es decir, seres de la Imaginación. Patti Smith parece decirnos lo mismo:

 EL CREADOR DE AMOR
  
 Te vi a ti que eras yo
 un silbido en la boca torcida
 con saco de cuero y pantalón marrón
 cruzando el campo desnudo
  
 con huesos estivales largos y secos
 en la amplitud de nuestro gran día
 a media tarde y la noche más larga
 pisabas fuerte con la cabeza al aire
  
 Te vi un lastimero espectro
 que azuza el fuego de los antiguos
 arañados con palos frutos y espinos
 como el néctar para su argumento
  
 Te vi caminar por extensos campos
 lejanos como el dedo de la Providencia
 lejanos como los montículos que llamamos colinas
 montañas talladas del corazón de la losa
  
 Te vi hurgar en el saco
 esparcir semillas por doquier
 como el leñador tala a hachazos
 roble fresno y los distintos pinos
  
 para escritorios que reflejarán
 un fajo de versos que hablan de árboles
 que encierran toda sobria esperanza
 toda borrachera como baño sagrado
  
 Vi el libro en la estantería
 Te vi a ti que eras yo
 Vi al fin el saco vacío
 Vi la rama que te daba sombra
  
 (Smith, 2005, p. 9).

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1 comentario en “Augurios de Inocencia: Patti Smith y William Blake”

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